Futbol
El fútbol es uno de los deportes más practicados.
- Genera la capacidad de trabajar en grupo y de esforzarse
- Los niños potencian su capacidad lógica para pensar en la jugada más adecuada.
- Aprenden a perder y a tolerar la frustración.
- Estimula la coordinación motora.
- Mejora la visión periférica
Basquet
El básquet se puede jugar tanto al aire libre como en una pista cubierta.
- Aporta mayor concentración y una espectacular rapidez de reflejos.
- Desarrolla la agilidad y las habilidades locomotrices.
- Enseña a los niños a actuar con rapidez, a tomar decisiones y a resolver las situaciones problemáticas.
- Fomenta la autonomía de los niños,
- Ayuda a sentirse parte de un
- Enseña valores tan importantes como la cooperación.
Tenis
Jugar tenis tiene beneficios a nivel físico, mental y social:
- Desarrolla la disciplina y el aprendizaje de juego.
- Crea un sentido competitivo íntegro.
- Desarrolla el pensamiento táctico-estratégico de los niños.
Karate
Son muchos los beneficios del kárate para niños, desde disciplina y valores hasta desarrollar la autoconfianza, y por supuesto, la autodefensa. Entre los beneficios de esta práctica encontramos:
- Ayuda a descargar energía y reducir la ansiedad.
- Enseña educación, disciplina y respeto a todo lo que los rodea.
- Fomenta la paz, ya que se les enseña a resolver los problemas evitando el uso de la violencia.
- Ayuda al niño a conocerse más y controlarse a sí mismo
- Enseña valores fundamentales como la tolerancia y la responsabilidad.
Natación
La natación es una de las actividades deportivas más completas. Además de todos los beneficios que aporta al correcto desarrollo físico, es muy importante ya que enseña a los niños a:
- Incorporar conductas de autocuidado convirtiéndolas en hábitos sumamente necesarios.
- Desarrollar habilidades de supervivencia:
saber nadar también es una medida de seguridad, contra los accidentes por ahogamiento de niños.
- La pérdida del temor a encontrarse solo en el agua, aprender a flotar y lograr completar ciclos de nado dentro de la pileta, son notables situaciones que permiten fortalecer la seguridad en sí mismo y la autonomía.
Danza
Se recomienda que esta disciplina empiece a practicarse desde una edad muy temprana, entre los 3 o 4 años, que es cuando el aparato locomotor de los niños puede asimilar e interiorizar con más facilidad y soltura los movimientos y técnicas de la danza.
- Contribuye a corregir malas posturas
- Ayuda a ganar elasticidad
- Ejercita la coordinación, la agilidad de movimientos y el equilibrio.
Patinaje
Es una actividad recreativa al mismo tiempo que un deporte.
La dinámica de las clases consiste en enseñar la técnica del patinaje a través de ejercicios y juegos en los que los pequeños aprendan habilidades de desplazamientos y vayan adquiriendo el sentido del equilibrio e incrementando la coordinación motriz, sobre todo en el caso de niños que comienzan a practicarlo desde una edad temprana.
Los pilares del patinaje son:
Equilibrio: Agudiza la conciencia corporal y el sentido del equilibrio.
Flexibilidad: Desarrolla un cuerpo receptivo y flexible.
Coordinación: Mejora la conexión entre cuerpo, mente y espacio.
Ciclismo
Desde que los niños tienen unos pocos meses ya tienen un triciclo en el que dar sus primeras pedaladas. El ciclismo ofrece múltiples beneficios educativos para los niños, tanto a nivel motor como cognitivo y afectivo-social:
- Aumenta la resistencia.
- Potencia la velocidad y la agilidad.
- Estimula e incrementa la coordinación y el equilibrio.
- Fomenta el desarrollo de valores de un espíritu de sacrificio, seguridad y confianza.
- Promueve el encuentro social y familiar.
- Crea una conciencia ecológica. Los niños aprenden a utilizar la bicicleta como medio de transporte.
El juego permite a los niños pequeños aprender y dar sentido al mundo que les rodea. Mientras se divierten, trabajan en aspectos fundamentales de su desarrollo, como el perfeccionamiento de las aptitudes motoras, cognitivas, sociales y emocionales. Pero el poder del juego va más allá del aprendizaje temprano: también desempeña un papel fundamental en el desarrollo de la salud mental de tu hijo, ¡y de la tuya también! Descubre por qué dedicar tiempo al juego es algo divertido y saludable.
Los niños que juegan habitualmente con sus progenitores tienen menos probabilidades de padecer ansiedad, depresión, agresividad y problemas de sueño.
El juego contribuye a reforzar los vínculos con tu hijo
Compartir momentos alegres de diversión y aprendizaje fomenta la cercanía entre los niños y sus cuidadores. Como primer compañero de juegos de tu hijo, puedes ofrecerle oportunidades para que aprenda y establezca vínculos en casa. Cuando juegas con él, puedes ver el mundo desde la perspectiva de tu hijo.
Al proporcionar a tu hijo amor, consuelo y atención, estableces las bases para el desarrollo de aptitudes emocionales y sociales que van a promover su salud mental y su bienestar en el futuro.
El juego ayuda a reducir los niveles de estrés
Jugar, bailar y cantar son formas estupendas de aliviar el estrés tanto de tu hijo como el tuyo propio. Cuando los dos disfrutan de momentos divertidos y ríen juntos, el cuerpo libera endorfinas que favorecen la sensación de bienestar.
Incluso jugar juntos durante periodos breves de tiempo puede servir para recordar a los adultos la capacidad de apoyar a su hijo, y supone además una oportunidad para olvidarse del trabajo o de otros compromisos.
Las investigaciones también han demostrado que dedicar tiempo al juego protege incluso a los niños contra los efectos negativos de la exposición prolongada al estrés. Los periodos prolongados de situaciones estresantes pueden afectar a la salud física y mental del niño. El juego y las relaciones positivas y constructivas con los adultos pueden servir para a amortiguar estos efectos.
El juego ayuda a los niños a procesar las emociones difíciles
Cuando los niños se enfrentan a problemas emocionales complejos, el juego les sirve a veces como forma de expresión. Dar a los niños espacio para jugar les permite procesar sentimientos como el dolor, el miedo o la pérdida sin dejar de actuar como niños. El juego les permite expresar cosas que les resultan difíciles y para las que aún no tienen palabras que las expliquen completamente. Al recrear repetidamente acontecimientos dolorosos mediante el juego imaginativo, los pequeños intentan comprender las consecuencias de lo que ha sucedido. Por ejemplo, si tu hijo ha presenciado una pelea entre dos adultos, puede recrear este conflicto con sus muñecos.
El juego ayuda a fomentar confianza
Resolver problemas e idear soluciones creativas mientras juegan o trabajan en un rompecabezas hace que los niños tengan la sensación de haber logrado algo importante y haber demostrado su competencia. Cuando te tomas tiempo para jugar con tu hijo, éste aprende que le valoras y que te resulta divertido estar con él. Es importante que le prestes toda tu atención durante el tiempo de juego y que te involucres en el juego que están realizando juntos. Al compartir la experiencia con tu hijo le demuestras que le quieres y que él es importante para ti, así que sonríe, participa y disfruta de cada momento.
Fuente:
www.unicef.org