Ante la cantidad y gravedad de los incendios que azotan a nuestro país, les acercamos recomendaciones de prevención para evitar accidentes y problemas de salud.
Según el informe del 27 de agosto, 11 provincias registraban focos de incendio:
Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Misiones, Salta, San Luis y Santiago del Estero.
El humo, cenizas y gases tóxicos que produce el fuego, provoca graves consecuencias sobre la salud.
Las quemaduras en la piel producidas por el fuego pueden ser muy graves y el humo afecta las vías aéreas, pudiendo causar asfixia e irritar los ojos, ya que los gases emanados por el incendio son, por lo general, tóxicos y pueden empeorar enfermedades crónicas del corazón y pulmones.
Las cenizas que resultan del incendio también son irritantes para la piel, nariz y garganta. Por ello es sumamente importante siguiendo al Ministerio de Salud de la Nación les acercamos las siguientes recomendaciones:
Alejarse del foco del incendio: Las quemaduras pueden ser de varios niveles, desde superficiales a muy graves. Siempre deben ser tratadas por un médico.
Prevenir problemas respiratorios: colocando un paño mojado contra la boca y moverse al ras del piso, ya que el humo tiende a subir. Además, el humo puede permanecer en el ambiente luego del incendio, por lo que se recomienda usar una mascarilla para evitar la inhalación de humo y polvo.
Evitar lesiones: Por la caída de ramas o derrumbes de una propiedad en llamas. Se recomienda tener cuidado al caminar y de ser posible evitar correr.
Comunicate con las autoridades o instituciones de protección de tu localidad para conocer las medidas que se tomarán.
Si residís en una zona de riesgo, preparate para una eventual evacuación, resguardando documentos y objetos imprescindibles y un botiquín de primeros auxilios.
Utilizá regaderas para mantener el suelo y la vegetación húmedos alrededor de tu casa.
Mantené el equipo contra incendios, tales como mangueras y matafuegos, a mano.
No quemes basura ni hagas asados.
Prepará un cortafuego alrededor de tu casa. Un cortafuego es una barrera de tierra que se realiza con el fin de detener y controlar la propagación del fuego forestal, de pastizales o de arbustos. Un río o una ruta o camino también pueden servir de cortafuego.
Deshacete de la basura, los desperdicios y del material inflamable que se encuentren alrededor de tu casa, tales como pasto, hojas y ramas secas.
Almacená las sustancias inflamables lejos de la casa.
Salí de allí, llevando solo lo indispensable. Antes de retirarte -solo si es seguro-, cortá la electricidad y el gas.
En caso de quedar atrapado adentro de la casa: cubrí las ranuras de puertas y ventanas con trapos húmedos; descolgá las cortinas.
Si las ropas de una persona se prenden fuego, hacela rodar por el piso para apagar las llamas.
Es importante que toda institución escolar, ubicada ya sea en las inmediaciones o dentro de una zona de riesgo de incendio silvestre, diseñe un Plan de Emergencia que incluya asignación de roles, procedimientos, determinación de zonas de riesgo, zonas de seguridad y vías de evacuación. De esta forma, ante la emergencia y eventual evacuación, todos estarán preparados para actuar en la forma correcta, evitando accidentes y lesiones.
Intentá no conducir y si debés hacerlo, hacelo con precaución evitando la zona del incendio, ya que el humo disminuye la visibilidad.
Conservá el agua potable para consumo familiar en recipientes adecuados y bien tapados, para evitar que sea contaminada por las cenizas y los restos del incendio.
Antes de regresar, escuchá las recomendaciones de los equipos y/o autoridades que estén a cargo de la situación.
Al ingresar por primera vez, asegurate de que tu casa esté estructuralmente en buen estado.
Controlá que se haya restablecido el suministro de agua, la electricidad y las líneas telefónicas.
Bloqueá las áreas que no sean seguras o que no estén limpias para que los niños no puedan pasar.
Luego de un incendio suelen quedar cenizas, que pueden ser irritantes para la piel, nariz y garganta, y pueden ser difíciles de limpiar. No permitas que tu hijo juegue con las cenizas y limpialas tan pronto como sea posible.
Al limpiar, evitá esparcirlas en el aire, mojándolas, antes de intentar retirarlas. No uses sopladores de hojas o aspiradoras. Incluso si tenés cuidado, es fácil esparcir el polvo que puede contener sustancias peligrosas.
Los niños y adolescentes no deben tomar parte en la limpieza.
Verificá con la empresa de agua o con las autoridades, que ésta sea potable y no esté contaminada por las cenizas y los restos del incendio.
Si tuviste que cortar la energía eléctrica, tirá los alimentos que se encontraban en la heladera, ya que pasadas las dos horas pierden la cadena de frío, y también aquellos que estuvieron en contacto con el humo y las cenizas ya que pueden verse contaminados.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación /
Ministerio de Ambiente Desarrollo Sostenible de la Nación