Dr. Gustavo Rodríguez Baigorri - MN 85520 - rbaigorri@gmail.com
Especialista en Urología, Andrología y Psiquiatría.
Sector de Medicina Sexual y Sexología- Hospital “Tornu” Bs As - Arg
Cuando pensamos en la salud sexual masculina, a menudo nos vienen a la mente temas como la disfunción eréctil. Sin embargo, hay un síntoma menos visible, pero igualmente importante, que afecta a muchos hombres y sus parejas: el Bajo Deseo Sexual, o dicho en términos científicos Deseo Sexual Hipoactivo Masculino (DSHM), es decir, la disminución o ausencia de fantasías y deseos de actividad sexual que se define como una falta persistente o recurrente de interés o fantasías sexuales, que puede causar malestar significativo o dificultades en las relaciones interpersonales.
No se trata simplemente de una disminución ocasional del deseo, sino de una condición que afecta la calidad de vida del individuo y/o de su pareja.
Este síntoma puede ser un motivo de angustia, incomprensión y distanciamiento en la pareja o ser una respuesta a estos factores. Es fundamental entender que el bajo deseo sexual no es una falla personal, sino una manifestación de múltiples factores que deben ser explorados y, en muchos casos, tratados.
1- ¿Por qué a los varones les cuesta hablar de este tema?
En nuestra sociedad, la masculinidad suele estar asociada a la fortaleza, la virilidad y una sexualidad siempre "disponible". Estos mandatos culturales crean una barrera invisible que impide a muchos hombres buscar ayuda.
- Vergüenza y estigma: Sentir que su deseo sexual no es el esperado puede generar una profunda sensación de vergüenza y fracaso. El hombre puede pensar que está "fallando" como pareja y como hombre, lo que lo lleva a aislarse y evitar el tema.
- Miedo a la confrontación: Abordar el tema con la pareja puede ser un desafío. El varón teme ser juzgado, que se ponga en duda su amor o que se interprete como una falta de atracción.
- La creencia de que es "normal": Muchos hombres asumen que la baja de deseo es una parte inevitable del envejecimiento o del estrés cotidiano, y no es un síntoma que requiera atención profesional. Esta normalización de un síntoma patológico, suele retrasar mucho la consulta.
- Desconocimiento: A menudo, los varones no saben a qué profesional acudir (¿un urólogo? ¿un psicólogo? ¿un endocrinólogo?). La falta de información sobre las opciones de tratamiento también contribuye a la inacción.
2 - Síntomas que se esconden detrás del bajo deseo
El DSHM rara vez viene solo. A menudo, es la punta del iceberg de otras disfunciones sexuales que el varón puede estar experimentando y enmascarando, como por ejemplo:
- Disfunción eréctil: La dificultad para lograr o mantener una erección puede generar ansiedad anticipatoria y miedo al desempeño. Para evitar el "fracaso", el hombre inconscientemente "desconecta" su deseo, prefiriendo evitar la situación sexual por completo.
- Eyaculación precoz o retardada: Las preocupaciones por un control eyaculatorio deficiente pueden llevar a una evitación del sexo, lo que se manifiesta frecuentemente como una falta de deseo.
- Dolor durante el sexo: Aunque el dolor coital es menos frecuente en los hombres, algunas condiciones pueden causar dolor o molestias durante la actividad sexual, lo que lógicamente reduce el interés.
3- Causas médicas y hormonales que influyen en el deseo
El deseo sexual no es solo una cuestión de la mente, sino también de la biología. Diversas condiciones médicas pueden ser la causa subyacente del DSHM.
- Desequilibrios hormonales: la testosterona es la hormona clave en el deseo sexual masculino. Los niveles bajos de testosterona (hipogonadismo) pueden impactar directamente en la libido. También otras hormonas como la prolactina, las hormonas tiroideas (hipotiroidismo) o el cortisol (hormona del estrés) pueden influir.
- Enfermedades crónicas: patologías como la diabetes, la obesidad, enfermedades cardíacas, la hipertensión arterial, enfermedades renales crónicas o trastornos neurológicos pueden afectar la circulación sanguínea, el equilibrio hormonal y el bienestar general, impactando el deseo.
- Trastornos psicológicos: la depresión, la ansiedad y el estrés crónico son enemigos declarados de la libido. El cerebro, al estar en un estado de alerta o de baja energía, prioriza la supervivencia por encima de la reproducción, disminuyendo el deseo sexual.
- Trastornos del sueño: la falta de sueño de calidad puede disminuir los niveles de testosterona y aumentar el estrés, impactando negativamente en la libido.
4- La "Andropausia": Un término que requiere matices
Aunque popularmente se conoce como "andropausia", el término más preciso es "Déficit de Testosterona del Envejecimiento Masculino". A diferencia de la menopausia, la cual en la mujer se presentara en el 100 % de los casos, en el hombre la disminución de testosterona es un proceso gradual que comienza a partir de los 40 años, a un ritmo de disminución de aproximadamente 1-2% por año. Este cuadro de “Andropausia" se presentara solo en aproximadamente el 30 % de los varones.
Síntomas: La baja de testosterona puede manifestarse como baja energía, aumento de peso y acumulación de grasa en el abdomen, pérdida de masa muscular, irritabilidad, cambios de humor, depresión, disfunción eréctil y, por supuesto, disminución del deseo sexual.
Tratamiento: Si se confirma el déficit de testosterona, mediante un análisis de sangre, el profesional puede indicar un tratamiento de reemplazo de testosterona (TRT). Este tratamiento, que puede administrarse en forma de inyecciones o geles, debe ser supervisado por un especialista (endocrinólogo o urólogo) para evaluar riesgos y beneficios, especialmente en relación con la salud prostática y cardiovascular.
5 - El impacto en la pareja
El bajo deseo de un miembro de la pareja afecta a ambos y a la dinámica relacional. Para la mujer, puede generar:
- Dudas sobre su atractivo: la primera reacción suele ser la de sentirse poco deseada o atractiva, lo que puede minar su autoestima.
- Inseguridad en la relación: la falta de intimidad sexual puede generar incertidumbre sobre el estado del vínculo y el amor de su pareja.
- Frustración y resentimiento: si la situación se prolonga, puede surgir un sentimiento de frustración, resentimiento y soledad.
Ante esta situación, las mujeres podrían adoptar diversas conductas:
- El reproche: Culpabilizar a la pareja o exigirle un cambio puede generar una mayor presión y distanciamiento.
- El silencio: Evitar el tema para no herir o presionar al varon, lo que a largo plazo aumenta la distancia emocional.
- La auto culpabilización: Pensar que “algo hice mal” o “ya no soy deseable”.
- La búsqueda de soluciones: Buscar información, proponer ir a terapia de pareja o consultar con un especialista. Esta es la conducta más constructiva y proactiva.
6- La pareja y la vida familiar: ¿Más hijos, menos deseo?
La llegada de los hijos, y más aún de más de uno, implica un cambio radical en la dinámica de la pareja.
- Cansancio físico y mental: El cuidado de los hijos, las responsabilidades laborales y del hogar generan un agotamiento que consume la energía que antes se dedicaba a la intimidad.
- Cambio de roles: La pareja se convierte en "padres", y a menudo, el rol de "amantes" queda relegado.
- Falta de privacidad: Los espacios y tiempos para la intimidad se reducen masivamente.
Aunque no hay una relación directa y causal entre el número de hijos y el bajo deseo, sí hay una compensación clara con el aumento de responsabilidades, el estrés y la falta de tiempo de calidad en pareja. La libido no desaparece, sino que se ve superada por las demandas de la vida familiar.
7- Fármacos y bajo deseo
Es fundamental saber que algunos medicamentos de uso común pueden tener como efecto secundario la disminución de la libido. Es crucial no suspender medicación sin consulta, pero sí hablarlo con el médico. Algunos de los más comunes son:
- Antidepresivos (especialmente los ISRS): Son una de las causas farmacológicas más frecuentes.
- Medicamentos para la presión arterial: Algunos betabloqueantes y diuréticos.
- Medicamentos para el agrandamiento de la próstata (Hiperplasia Prostática Benigna).
- Opioides y algunas drogas recreativas.
- Fármacos para el acné a base de isotretinoína.
Ansiolíticos y sedantes.
8- ¿Qué activa el deseo sexual?
El deseo sexual es una combinación de factores psicológicos, biológicos y relacionales.
En el hombre:
- Novedad y sorpresa: Rompe la rutina, prueba nuevas experiencias.
- Conexión emocional: Sentirse amado, valorado y conectado con la pareja.
- Estimulación visual: El erotismo visual sigue siendo un potente activador para el varon.
- Descanso y bienestar físico: Tener energía, sentirse bien con el propio cuerpo.
En la mujer:
- Conexión emocional e intimidad: Sentirse segura, escuchada y emocionalmente conectada con su pareja es el principal motor del deseo.
- Foreplay o juego previo prolongado: La estimulación física y emocional antes de la penetración es clave para la excitación.
- Ambiente relajado y sin presiones: Un entorno donde se sienta libre de juicios y demandas.
- El deseo de su pareja: Sentir que su pareja la desea es un potente activador de su propio deseo.
9- Tratamientos y la importancia de la consulta temprana
El DSHM tiene tratamiento, pero requiere un enfoque integral y multidisciplinario.
- Consulta médica inicial: El primer paso es descartar causas orgánicas. El médico de cabecera puede solicitar análisis de sangre (niveles hormonales, glucemia, etc.) y derivar a un urólogo o endocrinólogo si es necesario.
- Terapia sexual y de pareja: Un sexólogo o terapeuta de pareja puede ayudar a identificar y abordar los factores psicológicos y relacionales que están afectando el deseo.
- Cambios en el estilo de vida: Mejorar la alimentación, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y reducir el estrés pueden tener un impacto significativo en la libido.
- Tratamientos farmacológicos: En caso de hipogonadismo, el reemplazo de testosterona es una opción efectiva.
10- Conclusión:
Hablar salva vínculos y mejora vidas. El deseo sexual hipoactivo en los varones existe, afecta a millones de hombres en silencio, y tiene solución. Es un fenómeno complejo, que combina cuerpo, mente y vínculos. Abrirse a hablar de ello, sin vergüenza ni culpa, es el primer paso para mejorar el bienestar personal y la calidad de vida afectiva.
Si te sientes identificado o conoces a alguien que lo está, consulta con un profesional de salud capacitado. No estás solo, y hay caminos para recuperar el deseo, la conexión y el placer.
Referencias
- Bancroft, J. (2009). Sexualidad humana y sus problemas. Churchill Livingstone.
- Basson, R., et al. (2003). “Informe de la Conferencia Internacional de Consenso sobre
- Disfunción Sexual Femenina”. Revista de Terapia Sexual y Marital.
- DSM-5 es Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition,
Text Revision (DSM-5-TR)
- Clayton, AH, et al. (2022). "Trastorno del deseo sexual hipoactivo".
Revista de Medicina Sexual.
- Corona, G., et al. (2010). "Baja libido en hombres: Una perspectiva clínica".
Revista Internacional de Investigación sobre la Impotencia.
- Rosen, RC, et al. (2000). "Índice de Función Sexual Femenina (FSFI): Una escala multidimensional para evaluar la función sexual femenina". Revista de Terapia Sexual y Marital.