Alejandro está afectado por enfermedad mental de su hermano

"Estimada Dra:
La enfermedad mental de mi hermano me está demandando grandes esfuerzos y mucho tiempo. Hace dos años, cuando él tenía 19 años, tuvo su primera internación. Ahora está internado nuevamente, algunos de mis hermanos se hacen los desentendidos. Me da mucha culpa que la enfermedad le haya tocado a él. También me da culpa separarme de mi hermano, siento que me estaría escapando de la situación, pero la realidad es que necesito seguir mi vida también, tengo mis estudios, mi trabajo y no sé qué hacer.
Alejandro, de Belgrano
"

 

Estimado Alejandro:

Es normal que te sientas mal y confundido en estos momentos. La familia está atravesando una crisis, ya que tu hermano está internado, y seguramente la preocupación y el esfuerzo están centrados en la superación del momento y la vuelta a casa.

Ante esta etapa de gran incertidumbre, es fundamental la comunicación familiar y la organización. Esta última es una habilidad necesaria para atender dos frentes: la casa y las actividades habituales, y por otro lado las necesidades de tu hermano en la institución.

Respecto de la internación, consulten con el médico cuánto estima que durará. Seguramente les indicarán un máximo y un mínimo de días posibles, tomen como parámetro el máximo, para establecer un plan que contemple repartirse horarios y tareas para esta etapa (ir a la institución en el horario de visita, ocuparse de los requerimientos que les hagan, y ocuparse de las tareas de la casa). Para esto es necesario que la familia se reúna, comparta la información que hay hasta el momento y se organicen las tareas, sin dejar de trabajar y estudiar.

En esta fase el tratamiento que recibe tu hermano es para restablecerlo a los parámetros habituales de conducta.

Luego, viene una etapa muy ardua: el tratamiento que muy probablemente los va a acompañar toda la vida, y que debería convertirse en parte de la vida cotidiana. Es fundamental establecer una relación de confianza con el equipo tratante, y que éste sea accesible, para poder consultar sin demoras las dudas que se van planteando a lo largo del camino.

Una conversación con el equipo médico es clave para poder tener algunas respuestas y elaborar el camino a seguir. Tu hermano va a necesitar un tratamiento psiquiátrico y psicológico. Esto último es conveniente como actividad para toda la familia. A partir de ahora, la realidad familiar es otra, y hay que hacer cambios, y tratar de que sean lo más saludables posibles. Deben elaborar el impacto emocional recibido, adquirir pautas para comportarse ante esta nueva situación, ir evaluando en cuál de sus actividades previas a la enfermedad tu hermano puede reinsertarse, y en cuáles no. Se debe cambiar lo que evidentemente no dio resultado.

Va a ser muy útil conectarse con instituciones que agrupen enfermos con el mismo diagnóstico. Allí pueden aprender de la experiencia de otras personas que han pasado y están pasando por la misma situación. Siempre es útil compartir ideas, recibir ayuda y ayudar.

Entender que estas enfermedades ocurren genera un cierto alivio y permite focalizarse en el desarrollo de habilidades para resolver problemas, salir del impacto y del lamento, que solo paraliza. El desafío es hacerle frente y buscar soluciones.

¿Por qué un hermano se enferma y otro no? Es una pregunta sin respuesta, por lo que resulta ineficiente detenerse a exponer todas las teorías al respecto, no solucionan el problema que tenés hoy.

El sentimiento de culpa es peligroso en esta situación, porque puede anular proyectos de vida independiente del resto de la familia. La enfermedad de un hermano no debe impedir que los demás sigan con sus proyectos individuales.

Para que cada uno pueda seguir con su vida sin sentir culpa, es imprescindible fomentar la comunicación dentro de la familia. Los deseos de cada uno, los sentimientos, proyectos y dudas deben ser explicitados y conversados entre todos. Lo ideal es que puedan contar con ayuda profesional, sobre todo en esta etapa de ajustes. Evaluar las necesidades que deben ser cubiertas y qué aporte va a realizar cada uno. Con el tiempo se harán re evaluaciones y nuevos ajustes.

Todas las personas tienen un ciclo de vida que contempla que los adultos jóvenes deben independizarse. Puede que tu hermano no pueda ser totalmente independiente, no es posible saberlo aún. Pero que los demás hermanos se queden, lejos de ayudar, parece profundizar el problema. Seguir con tu vida es lo que va a ayudar a tu familia a salir adelante.

La concreción de proyectos propios, seguir con tus estudios y tu trabajo, hacer planes a futuro, como es lógico que un joven haga, te fortalece.

Ayudar a tu hermano y a tu familia no significa tu presencia constante, ser independiente, no te desliga de responsabilidades. Hay muchas formas de ayudar, y no quedar estancado en una crisis familiar por dolorosa que sea, es una gran ayuda y un ejemplo a seguir para el resto de tu familia.

Dra. Vera Bail