
Una dieta equilibrada ayuda a mantener los niveles de glucosa estables, prevenir complicaciones y mejorar tu bienestar.
Comer bien no significa privarte, sino elegir mejor.
Elige alimentos con Bajo Índice Glucémico (IG)
El
índice glucémico mide qué tan rápido un alimento eleva la glucosa en sangre.
Los alimentos con
IG bajo (≤55) ayudan a mantener niveles de azúcar más estables.
Verduras (IG muy bajo)
Espinaca, acelga, brócoli, coliflor, repollo
Pepino, tomate, pimiento, berenjena, calabacín
Lechuga, rúcula, apio
Úsalas libremente en tus comidas principales.
Frutas (elegir las menos dulces)
Manzana
Pera
Ciruela
Naranja
Durazno
Frutos rojos (frutilla, arándano, frambuesa, mora)
Cereza
Kiwi
Consume con cáscara cuando sea posible y en porciones controladas (1 fruta por vez).
Cereales y granos integrales
Avena natural
Quinoa
Arroz integral
Cebada perlada
Pan o pasta integral 100%
Legumbres: lentejas, garbanzos, porotos
Aportan fibra, que ayuda a mantener estable la glucosa.
Proteínas y grasas saludables
Pollo, pescado, atún, sardina, huevo
Tofu, legumbres
Frutos secos (almendras, nueces, maní)
Semillas (chía, lino, sésamo)
Aceite de oliva, palta
Bebidas recomendadas
Agua
Infusiones sin azúcar (té, mate, café)
Agua saborizada naturalmente con rodajas de frutas o hierbas
Consejos:
Combinar carbohidratos con proteínas y grasas saludables (por ejemplo, manzana + nueces o avena + yogur natural) disminuye aún más el impacto glucémico.
Lee las etiquetas de los alimentos, que no tenga azúcar, jarabe de maíz de alta fructosa, sacarosa.
Mantente activo físicamente todos los días.
Controla tu glucosa regularmente.
Consulta con un nutricionista para un plan personalizado.